Un “marcapasos cerebral” logra reducir a la mitad los síntomas del Párkinson
Un importante avance en el tratamiento del Párkinson está generando esperanza en el campo de la neurociencia. Un estudio publicado recientemente en Nature Medicine ha demostrado la efectividad de una nueva técnica de estimulación cerebral profunda adaptativa que ha logrado reducir los síntomas motores de los pacientes hasta en un 50%. El párkinson, la segunda enfermedad neurodegenerativa más diagnosticada en España, afecta gravemente el movimiento y otras funciones neurológicas. Aunque la estimulación cerebral profunda ya se utiliza desde hace décadas para aliviar algunos de estos síntomas, el nuevo enfoque permite personalizar el tratamiento de una forma mucho más precisa.
La estimulación cerebral profunda tradicional consiste en la implantación de electrodos en áreas específicas del cerebro que emiten impulsos eléctricos para mejorar el control motor en combinación con fármacos. Sin embargo, este método sigue un protocolo estándar que no se adapta en tiempo real a las fluctuaciones de la actividad cerebral o a los cambios en los niveles de dopamina. Esto puede generar efectos secundarios y limitar la efectividad del tratamiento. En cambio, la nueva técnica, descrita como «estimulación cerebral profunda adaptativa», utiliza inteligencia artificial para monitorizar la actividad cerebral del paciente en tiempo real. De esta manera, el dispositivo puede ajustar la cantidad de estimulación de manera automática, según los síntomas presentes encada momento.
En el ensayo clínico, se implantaron electrodos en el cerebro de cuatro pacientes con párkinson, quienes seguían presentando síntomas significativos a pesar de recibir el tratamiento convencional. Los investigadores registraron la actividad cerebral tanto en el hospital como en los hogares de los pacientes, utilizando relojes inteligentes y diarios que los pacientes completaban diariamente. Estos datos permitieron identificar biomarcadores específicos relacionados con los síntomas motores de la enfermedad y ajustar la estimulación en consecuencia.
La técnica demostró ser particularmente efectiva, logrando mejorar los síntomas en un 50% en comparación con el método convencional. Los pacientes reportaron una notable mejoría en la calidad de vida, y tres de los cuatro participantes confirmaron que se sentían significativamente mejor en sus actividades diarias. Además, el sistema tiene la capacidad de adaptarse no solo a los síntomas motores, sino también a otros problemas comunes en los pacientes de párkinson, como los trastornos del habla o el sueño.
A pesar de los prometedores resultados, los propios autores del estudio señalan que se necesitarán ensayos con un mayor número de pacientes para confirmar la eficacia y seguridad a largo plazo de este dispositivo. Sin embargo, este avance subraya la importancia de seguir investigando y desarrollando soluciones innovadoras para tratar el párkinson, una enfermedad para la que, hasta el momento, no se ha encontrado una cura definitiva. La combinación de tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial y la monitorización cerebral en tiempo real, abre nuevas posibilidades para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por esta grave enfermedad.
